A medida que las civilizaciones evolucionan y la tecnología avanza, algunos empleos y profesiones pierden toda necesidad.
Puede ser una lástima ver que estas vocaciones disminuyan, ya que a menudo nos recuerdan el pasado y tienen un cierto valor sentimental.
Después de ver ayer a un afilador de cuchillos en la calle – también conocido como afilador de cuchillos – debajo de nosotros hemos redondeado algunas de las más recientes pérdidas de empleos y algunas que están en sus últimas cuerdas.
CENACHERO
Estos pescadores caminaban por la ciudad con una canasta llena de pescado recién pescado para vender. Sin embargo, las nuevas y estrictas regulaciones significan que casi han desaparecido en los últimos 10 años.
MIELERO
Estos pequeños trabajadores se dedicaban a extraer la miel de las colmenas locales para venderla localmente. Todavía existen en la actualidad, pero en menor número, sólo se venden a tiendas artesanales y sufren las importaciones chinas baratas y la disminución de las poblaciones de abejas.
PLAÑIDERA
Una mujer que fue contratada para asistir y llorar en los funerales. Habían sido prohibidos hace más de 200 años, pero fueron devueltos en 2009 gracias a la crisis financiera.
Las cosas se pusieron tan mal que la Iglesia Católica ayudó a recuperar la tradición en zonas como Badajoz y Andalucía, donde las mujeres pagaban entre 20 y 30 euros por llorar en el funeral de un desconocido.
PREGONERO
Esta fue la respuesta de España al pregonero, un funcionario público que andaba por la ciudad gritando las últimas noticias.