Un GRUPO de 10 personas ha sido multado con 8.600 euros cada uno por hacer un guiso de aves protegidas en una playa.
Un conocido hombre de negocios se encuentra entre el clan de caza, capturado después de que los agentes de la Guardia Civil olieran la carne estofada desde un acantilado.
Un cazador incluso `tenía la cuchara en la mano’, una corte escuchó como las multas máximas por cazar y cocinar aves protegidas fueron emitidas.
Los 10 hombres fueron condenados por matar pardelas grises en Lanzarote en 2015, mientras que las aves «casi amenazadas» estaban en temporada de anidación.
Los abogados del grupo afirmaron que la carne era de cordero, pero los jueces dijeron que la defensa era «nada creíble», ya que los agentes habían realizado pruebas de ADN en la comida ilegal.
Otros nueve hombres fueron absueltos del caso, ya que no se pudo probar que estuvieran involucrados en la caza o la cocción de las aves, conocidas en España como «pardela».
Los agentes de la Guardia Civil que atracaron en el islote de Alegranza, donde ocurrió el incidente, dijeron que los hombres habían instalado una tienda de campaña, una cocina portátil y una mesa.
Los policías tomaron fotos de los nidos vacíos de los pájaros, mientras observaban que uno de los acusados había «asentido avergonzado» cuando se le preguntó si estaba comiendo pardela.
Desde 1986 está prohibida la caza y el consumo de las aves.