noviembre 23, 2024
autoedición de libros

La autoedición e impresión de libros es una opción para los nuevos escritores

Muchas personas se aventuran a escribir un libro, ya sea una novela, un conjunto de relatos, un cuento o una poesía, entre otros, sin embargo, al sellar el punto y final de la obra, suelen quedar paralizados al no saber cómo funciona el mundo editorial, no tener contactos, o por desconocimiento de otras opciones, como la autoedición y la impresión de la obra por cuenta propia y todas las ventajas que llevan aparejadas.

En la última década, ha habido un auge de la edición de libros con la aparición de plataformas digitales en las que publicar es, prácticamente, gratuito. Sin embargo, la inmensa mayoría de autores buscan que sus libros estén disponibles en versión papel. Queda claro que es la manera tradicional en la que el mundo de la literatura siempre se ha materializado, y el romanticismo entre los escritores, muy especialmente en los que inician su carrera con la pluma, pasa por querer ver su trabajo impreso. 

No obstante, es preciso indicar, que antes de imprimir una obra, el autor tiene que determinar qué recorrido desea para su manuscrito y, sobre todo, qué grado de implicación quiere tener en el proceso. Existe una tendencia a pensar que una obra publicada por una editorial tiene más calidad literaria que una que se autopublica o se imprime por cuenta propia, pero nada más lejos de la realidad, muchos han sido los autores consagrados que han optado por esta fórmula, como por ejemplo Jorge Luis Borges o Beatrix Potter. Por eso, el hecho de imprimir libros por cuenta propia no es, en ningún caso, un fracaso del autor, sino todo lo contrario, permite llevar las riendas de la publicación, las ganancias y la promoción de la misma, sin estar sujeto a ningún contrato editorial con todas las exigencias que estos conllevan. 

Antes de imprimir hay que repasar

Debe ser conocido por todo autor que se precie, que una vez se finaliza el manuscrito, la obra no está concluida. Es precisamente en ese instante cuando da comienzo una nueva etapa, la de la revisión. Si se tienen buenas habilidades ortográficas, el propio autor puede hacer la primera corrección, sin embargo, sería conveniente contar con ‘lectores cero’ para que den sus opiniones y hagan también sus propias puntualizaciones, que servirán para mejorar el manuscrito original. Una vez haya acabado ese proceso y se esté satisfecho con la obra final, habrá otro paso, el de la edición. 

Al final se opta por la autoedición e impresión de la obra

El autor habrá podido meditar concienzudamente sus opciones y decidido editar la obra por su cuenta propia; ahora tocará buscar una imprenta. Una vez haya protegido intelectualmente la obra, a través de la oficina de la comunidad autónoma que corresponda, aunque no es necesario, pero desde luego sí conveniente, habrá que pensar en la edición del libro. En principio, habrá que elegir un tipo de letra para realizar una adecuada maquetación, así como tener en cuenta las dimensiones de la impresión o el tipo de portada que consideres, ya sea blanda o dura, son ejemplos estéticos que el autor debe tener en cuenta. 

Aspectos físicos a tener en cuenta 

El libro ya está editado, se ha decidido el tipo de letra y está maquetado; también se conoce la portada. Ahora, habrá que determinar qué tipo de papel es el más adecuado, pero para eso es preciso conocer cuántas páginas tendrá el libro y, por tanto, cuál será el grosor del lomo. En este punto, el autor deberá definir si su libro lleva solapas o no, si se imprimirá en blanco y negro o, por el contrario, habrá páginas en color. 

Cantidad de ejemplares y demanda

A fin de cuentas, ya se habrá definido todo el proceso, todos los aspectos formales y el autor ya tendrá el resultado final sobre cómo quedará su obra físicamente; llegado aquí, tendrá que elegir cuántos ejemplares sacará de una primera edición. Esto es importante, sobre todo, para determinar si la impresión se hace digital u offset, todo dependerá de la tirada. Así pues, el autor siempre tendrá controlado el número de ejemplares que desea poner a la venta. Según el coste de la impresión, podrá determinar el precio final del producto, lógicamente, beneficiándose de las ganancias respecto a la edición tradicional. En definitiva, habrá controlado el proceso desde que se sentó a escribir la primera palabra, hasta que consiga vender el primer ejemplar.

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