Acabas de tomar la decisión de cambiar de hábitos en tu vida y empezar a entrenar con regularidad. ¡Es una decisión fantástica! Hacer ejercicio con frecuencia no solo influye positivamente en la forma física, sino también en el estado de ánimo. Además, notarás sus efectos beneficiosos también en tu silueta. Ya has elegido un gimnasio. Ahora, ¿cómo debes prepararte para el primer día?
Planifica lo que quieres hacer en el gimnasio
Seguro que ya te imaginas el material que te encontrarás, pero si no, te recomendamos que investigues un poco. Así podrás planificar a qué ejercicios dedicarle tiempo. Esto es esencial, ya que hay máquinas de entrenamiento dedicadas a partes específicas del cuerpo, mientras que hay otras más enfocadas en quemar calorías. Lo suyo es elegir una opción ya de mano. Si estás totalmente verde en la materia, igual es mejor entrenar el primer día junto con un entrenador personal. Seguro que te resultará más sencillo. Sin embargo, puede que se suponga un coste bastante más alto. Si se te sale de presupuesto, puedes considerar pedir con antelación préstamos a plazos o intentar dividir el pago en varias cuotas menores.
Invierte en ropa profesional
Si algo es seguro es que no puedes entrenar en el gimnasio en la misma ropa con la que has llegado, aunque sea un chándal cómodo. Primero, porque seguro que vas a sudar bastante y no querrás volver a casa con la ropa sudada. Además, si te pones ropa profesional, te evitarás incomodidades al entrenar, e incluso quizás pequeñas lesiones o rozaduras. Por ropa profesional, lógicamente no nos referimos a pantalones cortos de verano y tu camiseta de algodón preferida. Recomendamos comprar un atuendo confeccionado a partir de materiales especiales que garanticen la ventilación adecuada, no dejen manchas de sudor ni tengan costuras que rocen.
Si tienes en mente hacer ejercicios de fuerza, también es aconsejable comprar guantes. El calzado es una cuestión más personal que se debe adaptar al tipo de ejercicio de gimnasio. Estos son gastos adicionales necesarios para que los entrenamientos en el gimnasio sean cómodos. Si se te sale de presupuesto, pide un préstamo a plazos, que además igual te sirve de motivación extra para ir al gimnasio con frecuencia.
Agua y alimentos adecuados
Al gimnasio hay que ir bien hidratados y alimentados. Así tendrás fuerza y entusiasmo para entrenar. Además, merece la pena llevarse una botella de agua. Se recomienda dejar un tiempo suficiente entre la comida y el entrenamiento. Además, la comida no puede ser copiosa, ya que puede interferir con la actividad física e incluso causar problemas de salud.
Calentamiento antes de entrenar, y ducha después
Antes de cada entrenamiento tienes que calentar para evitar lesiones y las dolorosas agujetas. Por otro lado, después de un esfuerzo intenso, no hay nada mejor que pegarse una buena ducha. Por lo tanto, llévate una toalla (que también te servirá para sentarte en ella o limpiarte el sudor), gel de ducha, chanclas y ropa interior limpia.