No llueve, hay menos viento y los embalses se están secando. El verano no es una buena época del año para las energías renovables, por lo que las chimeneas de las centrales eléctricas de carbón de España deberían estar echando humo ahora mismo como de costumbre. Y sin embargo, el uso de este combustible fósil altamente contaminante ha alcanzado un mínimo histórico. Desde que se iniciaron los primeros registros oficiales en 1990, el carbón no ha constituido un porcentaje tan pequeño de la mezcla de electricidad en la España peninsular.
En mayo, las centrales térmicas de carbón aportaban sólo el 1,7% de la electricidad de la península.
Según datos de la Red Eléctrica Española (REE), el uso del carbón para generar electricidad nunca ha sido inferior a los meses de mayo y junio de este año. En mayo, las centrales térmicas de carbón aportaban sólo el 1,7% de la electricidad en la península y el 2,1% en junio. Con la inclusión de Canarias y Baleares, Ceuta y Melilla, el porcentaje aumentó ligeramente hasta el 2,3% en mayo y el 2,5% en junio, siendo el 8 de mayo el día en que se utilizó la menor cantidad de electricidad de carbón, un 1,5%, cifra no registrada desde 2011.
La central de carbón de As Pones, en A Coruña, es la mayor de España, pero según su propietario, la empresa de servicios públicos Endesa, lleva semanas enteras inactiva desde abril. «Esto nunca había sucedido antes», dice un portavoz.
Las consecuencias han significado que alrededor de 150 trabajadores del transporte que conducen el carbón desde el puerto hasta la central eléctrica han estado sin trabajo durante casi dos meses.
El impuesto sobre el CO2 en el mercado europeo del carbón es muy elevado y actualmente supera los 26 euros por tonelada liberada a la atmósfera.
Para una central eléctrica que utiliza carbón importado, esta falta de actividad no formaba parte de la visión del gobierno. Al igual que el resto de las centrales que queman carbón importado en España, ha sufrido modificaciones de descontaminación para seguir funcionando más allá de 2020, de acuerdo con la normativa de la UE. De hecho, los planes actuales del gobierno prevén que todas las centrales eléctricas que utilizan carbón importado sigan funcionando durante los próximos 10 años.
Pero hay una serie de factores que están contribuyendo a la desaparición de la electricidad generada a partir del carbón en España y en varios otros países europeos. Por un lado, el precio de las emisiones de CO2 en el mercado europeo del carbón es muy elevado y actualmente supera los 26 euros por tonelada liberada a la atmósfera. Como las centrales eléctricas de carbón son las más culpables, son las más castigadas. Aunque las centrales de gas natural también emiten CO2, las emisiones son menos de la mitad de las del carbón.
El gas natural está tomando el relevo de la industria del carbón en España
De hecho, el gas natural está recuperando el retraso de la industria del carbón en España, lo que significa que los sistemas combinados que han sido infrautilizados durante años están ahora alimentando la red nacional en máximos históricos.
Fuentes del sector indican que otro factor que contribuye a la desaparición de la energía generada por el carbón es el precio competitivo del gas. Esto significa que el impuesto llamado «green cent», que el gobierno abolió para el gas pero mantuvo para el carbón, también está teniendo un impacto.
Las consecuencias
Si bien el gobierno se ha trasladado a cerrar las centrales eléctricas que dependen del carbón nacional subsidiado, las siete instalaciones que utilizan carbón importado debían mantenerse en funcionamiento. Pero la administración no había previsto esta drástica caída de la electricidad importada a carbón, que es, en teoría, rentable.
En lo que respecta tanto a las minas nacionales como a las centrales eléctricas que utilizan carbón nacional, el último Gobierno elaboró un paquete de compensación para los trabajadores que no incluía a los empleados vinculados a las centrales eléctricas de carbón importadas, como los trabajadores del transporte que descienden con sus vehículos a Madrid en protesta y que tienen previsto reunirse con representantes del Ministerio de la Transición Ecológica este martes.
La buena noticia es que, si la situación continúa, los bajos niveles de emisiones de dióxido de carbono también podrían alcanzar un hito. Dentro del sector eléctrico, el carbón es el principal responsable de los gases de efecto invernadero.