Las multas de entrada en la zona de bajas emisiones del Centro de Madrid se reactivaron a medianoche del domingo, después de que un juez anulara la decisión del nuevo ayuntamiento de suspender el plan.
La decisión de suspender las multas provocó la ira generalizada de los residentes de la capital española, lo que provocó una protesta callejera.
El alcalde José Luis Martínez-Almeida, del conservador Partido Popular (PP), tomó la decisión de detener temporalmente las multas a los vehículos que entraban en la zona central, con el apoyo de sus socios en el Ayuntamiento, Ciudadanos de centro-derecha, y el partido de extrema derecha Vox, sobre cuyos votos el PP necesitaba tomar el poder y se apoyará para aprobar la legislación.
Sin embargo, la medida causó un gran enfado entre los residentes de la capital española, lo que provocó una protesta callejera la semana pasada, además de ser noticia en todo el mundo, convirtiéndose Madrid en la primera gran ciudad europea en anular una medida encaminada a mejorar los niveles de contaminación. Hace un año, el proyecto Madrid Central contribuyó a evitar que la Comisión Europea emprendiera acciones legales contra España ante el Tribunal de Justicia de la UE. En ese momento, la capital española llevaba casi una década superando los umbrales de contaminación europeos.
El viernes un tribunal de Madrid tomó la medida cautelar de suspender la moratoria del alcalde para, en palabras del juez, evitar que la contaminación aumente «sin ningún tipo de controles». El Ayuntamiento tiene tres días para presentar su defensa de la medida. La decisión se tomó en respuesta a una demanda presentada por una entidad conocida como Plataforma en Defensa de la Central de Madrid, integrada por más de 80 organizaciones, entre las que se encuentran las ONG ecologistas Ecologistas en Acción y Greenpeace.
El Partido Socialista (PSOE), que se opone en el Ayuntamiento de Madrid, también recurrió a los tribunales para apelar la medida, que considera «ilegal».
Madrid Central fue el esquema estrella presentado por la ex alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, del partido de izquierda Más Madrid. Carmena, ex juez, obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones municipales del 26 de mayo, pero no alcanzó la mayoría, lo que allanó el camino para que el PP y Ciudadanos tomaran el poder con el apoyo de Vox. Los tres últimos partidos habían hecho campaña para hacer grandes cambios en el esquema de Madrid Central, con el secretario general de Vox, Javier Ortega-Smith, afirmando en la noche de los resultados de las elecciones que «a partir de mañana, Madrid Central ha terminado». Por su parte, el PP dijo que quería volver a un sistema anterior de restricción de tráfico basado en la prioridad para los residentes establecido por su antigua alcaldesa, Ana Botella.
En el segundo trimestre de este año, los niveles de contaminación en la capital española fueron los mejores vistos en una década
Pero con la decisión del juez, a partir de hoy los vehículos que no tengan permiso para entrar en la zona de bajas emisiones volverán a ser multados con 90 euros, o 45 euros si el importe se paga inmediatamente. Los coches eléctricos e híbridos con las insignias «Cero» y «Eco» emitidas por la Dirección General de Tráfico de la DGT podrán circular libremente por las 472 hectáreas de la zona, mientras que los coches con las insignias «B» y «C» -nuevos modelos diesel y de gasolina- podrán entrar si se estacionan en un aparcamiento público, o si cuentan con una invitación de un residente. Los coches más viejos y contaminantes sin distintivo no podrán entrar en la zona, aunque bajo las normas actuales podrán hacerlo si tienen una invitación de una empresa o de un residente.
El esquema de la Central de Madrid comenzó a funcionar el 30 de noviembre del año pasado, y los conductores recibieron inicialmente cartas de advertencia por infracciones. El 16 de marzo entró en vigencia el sistema de multas, que estuvo vigente hasta el 30 de junio, cuando el alcalde Martínez-Almeida lo suspendió.
En el segundo trimestre de este año, los niveles de contaminación en la capital española fueron los mejores observados en una década, con el esquema también reduciendo los niveles de tráfico en el centro y mejorando la frecuencia de los autobuses. La suspensión del esquema por parte del Ayuntamiento la semana pasada vio aumentar los niveles de tráfico y disminuir la calidad del aire.