La definición de los términos de Estado y Gobierno, ha ido en constante renovación y dinamismo al correr de los tiempos, esto ha sido por los diversos estudios que surgen por los procesos políticos y actualizaciones de las cátedras politológicas universitarias.
Dada su naturaleza, la concepción de ambos términos tiende a ser voluble y propensa a interpretaciones según las corrientes ideológicas de los teóricos.
En este artículo referiremos los conceptos más clásicos y así lograr demarcar sus diferencias, las cuales son bastante notorias.
Concepto de Estado
Sobre la definición de Estado podemos afirmar que es la institución principal de un territorio, es quien ejerce la soberanía en el mismo y además posee el monopolio del uso de fuerza y violencia política.
El Estado como ente público y supranacional tiene el deber y la obligación de mantener la unidad del territorio, en base a la legalidad y a los procedimientos administrativos que bajo sus propias formas y costumbres el territorio se haya dado.
El Estado al pasar de los años ha moldeado sus actuaciones y sus competencias, incluso su composición según las diferencias culturales, religiosas o políticas tradicionales de cada país.
Partiendo de ésta realidad se han visto modificaciones en sus conceptos, algunos teóricos de la filosofía política lo han señalado como un ente opresor, otros como una estructura que mantiene la civilidad entre la población y otros más audaces lo señalan como un mal necesario.
Concepto de gobierno
De acuerdo al otro término que estudiaremos, el Gobierno, podemos definirlo como la institución principal del Estado, es proveniente del mismo y tiene como función principal la dirección exacta de las actividades propias de gestión en el área de políticas públicas, es decir la acción de dirigir el gobierno. Puede afirmarse que el Gobierno es la extensión del Estado más directa y cercana a los ciudadanos.
¿En qué radica esa diferencia?
Partiendo de las definiciones clásicas de Estado y Gobierno, podemos resaltar aspectos divergentes entre cada uno; históricamente han sido confundidos ambos conceptos e incluso mezclados en los sistemas de gobierno presidencialista, pero es importante remarcar sus diferencias y así sacar nuestras propias conclusiones sobre el tema.
El Estado, al ser el ente principal y rector de un territorio, su deber es mantener la unidad del mismo. El Estado debe regir las fuerzas públicas de defensa de la nación, su desarrollo en todos los aspectos y sus labores para ejercer el monopolio de la fuerza, lo cual lo convierte en un poder superior en la pirámide institucional de la nación o territorio.
El Estado tiene diversas ramificaciones que van asumiendo funciones de acuerdo a su naturaleza, las materias del ámbito militar y defensa las asume las Fuerzas Armadas del territorio, las competencias jurídicas y de composición legal en el Estado son asumidas por los tribunales, fiscalías y demás instituciones que emanan del mismo Estado para tales fines.
Estos órganos al igual que algunas empresas de las cuales el Estado puede asumir una parte o la totalidad de su poder accionario, son apéndices del propio Estado, todos vienen siendo separaciones del mismo y su función, como ya lo hemos definido, es mantener la unidad del territorio y el desarrollo general de toda la nación.
El Gobierno, al ser la institución más cercana y directa al Estado, sin formar parte de él, se convierte en el enlace con los ciudadanos. Entre sus demarcaciones más resaltantes encontramos que el gobierno siempre es propenso a sufrir cambios y modificaciones debido a las deserciones y acuerdos entre las clases políticas.
Además el gobierno por lo general siempre está en pugna, acciones relevantes de trascendencia siempre generan cambios políticos que modifican la estructura de los gobiernos, situación que no ocurre con el Estado que siempre mantiene la unidad monolítica.
Los gobiernos tienen la característica de tener una naturaleza basada en la legalidad y legitimidad proveniente de la voluntad de los ciudadanos o acuerdos entre los factores políticos, en cambio el Estado, tiene su razón de ser en la existencia de la nación, un territorio sin Estado, se convierte automáticamente en solo una extensión de tierra sin basamento y factible para la conquista por parte de alguna nación que sí esté organizada.
El ejemplo más claro y preciso que demarca las diferencias entre Estado y Gobierno, es el sistema parlamentario de gobierno, en naciones como Italia, Alemania, Austria, donde existe la figura del Presidente de la República como Jefe de Estado y aparte el Primer Ministro o Canciller como Jefe del Gobierno.