El presidente en funciones del Gobierno español, Pedro Sánchez, no se ganó la confianza del Parlamento el jueves en la segunda votación de investidura, lo que significa que, por ahora, no podrá formar un nuevo Gobierno. El candidato del Partido Socialista (PSOE) recibió 124 votos a favor, 155 en contra y 67 abstenciones.
Sánchez fue respaldado por sus propios 123 legisladores y por un representante de un pequeño partido regional en Cantabria, el PRC. El Partido Popular (PP), Ciudadanos, la extrema derecha Vox, Junts per Catalunya, Navarra Suma y la Coalición Canaria votaron en contra. Hubo abstenciones de Unidas Podemos, Partido Nacionalista Vasco (PNV), Compromís, Izquierda Republicana Catalana (ERC) y Bildu.
Las negociaciones entre el PSOE y las izquierdistas Unidas Podemos continuaron hoy hasta el final, pero los dos grupos fueron incapaces de llegar a un acuerdo de gobierno. El reloj comenzará a correr para otra posible votación de investidura en septiembre, pero si eso tampoco llega a nada, España se dirigirá hacia unas nuevas elecciones en noviembre. Sería la cuarta vez que los españoles son llamados a las urnas para elegir un gobierno en cuatro años, y la quinta elección se celebra este año.
«Hoy no es un buen día, no para cualquiera que se considere progresista», resumió Adriana Lastra, portavoz del PSOE. «Es la segunda vez, señor Iglesias, que va a impedir un gobierno de izquierda en España», añadió en un discurso directo al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.
Unidas Podemos -una coalición de Podemos y la Izquierda Unida (IU)- hizo hoy una oferta desesperada al PSOE, exigiendo un papel de viceprimer ministro para los derechos sociales y la igualdad, así como para los ministerios de Salud, Trabajo y Ciencia y Universidades. El PSOE ofrecía el puesto de viceprimer ministro, así como los ministerios de Salud, Vivienda e Igualdad.
El principal punto de desacuerdo, según fuentes familiarizadas con la negociación, fue el Ministerio de Trabajo, del que Iglesias quería el control. El PSOE lo rechazó por considerar que el partido de izquierda es impopular en algunos sectores económicos. Podemos dijo que se les dijo que no podían tener este ministerio debido a los recelos de la mayor asociación de empleadores de España, la CEOE.
El candidato del Partido Socialista (PSOE) recibió 124 votos a favor, 155 en contra y 67 abstenciones
En su intervención en el Congreso el jueves antes de la votación, Sánchez afirmó que el «problema no era de política, sino de los ministerios». Iglesias quería controlar el gobierno, el 100% del gasto gubernamental, a pesar de ser el cuarto partido[más votado][en el Congreso]».
En respuesta, durante su discurso de cinco minutos, Iglesias le preguntó a Sánchez si creía «que usted nos ha aludido con el respeto que merece un posible socio en el gobierno». A continuación, lamentó que los detalles de las negociaciones entre las dos partes se hubieran filtrado durante las conversaciones, antes de exponer cuáles habían sido sus reivindicaciones. «Hoy hicimos una propuesta en la que todo lo que queríamos eran poderes, no escaños. Facultades para aumentar el salario mínimo, para detener las privatizaciones de la salud, para una ley de eutanasia de una vez por todas, para bajar las tasas universitarias…. No hemos pedido nada más».
Iglesias también hizo una oferta final a Sánchez durante su discurso ante el Congreso. «Abandonaremos el Ministerio de Trabajo si nos dan políticas activas de empleo.» Estas políticas cubren la formación y el asesoramiento profesional de los desempleados, y son compartidas entre el gobierno central y los gobiernos regionales.
Primera vuelta de la votación
En el debate del lunes, Sánchez había amonestado a los partidos de centro-derecha por rechazar a su Partido Socialista en lugar del de extrema derecha Vox, que «representa la verdadera amenaza para la democracia española». Tanto el principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP), como el centroderechista Ciudadanos (Ciudadanos) votaron en contra de Sánchez, ignorando las peticiones de abstención.
Sánchez ganó las elecciones generales el 28 de abril con 123 escaños en la cámara baja de 350 escaños. Desde entonces ha estado tratando de reunir una mayoría suficiente para formar un gobierno, pero no ha estado de acuerdo en formar una coalición con Unidas Podemos. El primer ministro en funciones dijo que esto equivaldría a «crear dos gobiernos» dentro de uno solo, debido a las diferencias significativas sobre cuestiones económicas y políticas clave. Podemos dijo que no aceptaría posiciones «decorativas» y exigió una presencia proporcional a su resultado electoral de 42 escaños.
En la primera votación del martes, Sánchez recibió 124 votos a favor: 123 de sus propios legisladores y uno del representante único de un pequeño partido de la región norteña de Cantabria. Esto estaba muy lejos de los 176 que necesitaba para obtener la mayoría absoluta.
El resultado alimentó las expectativas de que el PSOE y Unidas Podemos alcanzarían un acuerdo de última hora antes de la segunda vuelta. Sin embargo, hasta el jueves por la mañana, las conversaciones estaban paralizadas debido a las diferencias en cuanto a las posiciones del Gabinete que deberían ir al partido antiausteridad.
Un precedente en 2016
Para Sánchez, esta es la segunda vez que se somete a un voto de investidura que fracasó: en marzo de 2016, después de que Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP), se negara a hacerlo por falta de apoyo parlamentario, el líder socialista pidió al Congreso que le permitiera formar un gobierno en su lugar. Fue rechazado en ambas rondas, con un resultado final de 131 votos afirmativos de su propio PSOE, Ciudadanos y la Coalición Canaria. Hubo 219 votos en contra y ninguna abstención.