A la hora de pensar en productos de presentación de un negocio como las tarjetas de visita, los flyers, etiquetas, folletos y demás, no se suele pensar demasiado en el material utilizado para la fabricación e impresión de los mismos. Ante el papel convencional, la aparición y creciente uso del papel kraft ha ido cogiendo peso en su uso, por parte de cada vez más empresas, gracias a la alta resistencia que ofrece y por ser un método autosostenible.
¿Por qué utilizar papel Kraft en la impresión?
Hasta hace unos pocos años, cuando un negocio quería elaborar ciertos objetos que sirvieran como presentación y conformarán parte de la identidad corporativa de la marca o empresa, como las tarjetas de visita, los flyers, las etiquetas de precio o las bolsas, siempre se solía recurrir al papel tradicional. Actualmente, cada vez más negocios optan por imprimir kraft, debido principalmente tanto a la originalidad del acabado final, como a la alta resistencia que ofrece este material.
Cuando hablamos de impresión con papel Kraft no renunciamos a ningún tipo de personalización ni calidad que se pueda obtener con el papel tradicional, pero sí que disponemos de la ventaja sostenible que supone para el mundo su utilización, ya que se trata de un producto 100% ecológico. Este último aspecto es clave para entender por qué es un material al alza, pues la concienciación en la reducción de materiales dañinos para nuestro planeta está presente, tanto en la mente de los consumidores, como en los sistemas de producción de las empresas. En términos estéticos y de acabado, se trata de un papel un poco más grueso de lo normal, y de tono marrón, el cual nos permite una infinidad de estilos personalizados. Pero en todos ellos, ese grosor y acabado, aporta una sensación de mucha más calidad, con un acabado artesanal, frente al frío y típico papel convencional.
¿Cómo se consigue crear el papel Kraft?
Al igual que en la creación y elaboración del papel tradicional, la fabricación del papel Kraft implica un proceso de transformación mecánica y química, hasta obtener la pulpa de la madera. De la madera surgen principalmente dos componentes: la lignina y la celulosa. El primer componente no es bueno para el papel, con lo que se separa hirviendo las astillas de madera hasta transformarse todo en una pasta oscura con la pulpa de madera maciza.
Al final de la creación del papel Kraft, debemos entender que se trata de un material mucho mejor para la impresión en términos de calidad, que el papel normal blanco. Esto se debe principalmente a tres razones: la primera explica su resistencia, pues al eliminar la mayor parte de lignina, siendo más grueso y conteniendo en su composición una buena relación de azufre, es posible que el papel Kraft pueda estirarse más antes que romperse, así como responder a condiciones climatológicas adversas. La segunda tiene que ver con su característico color tono marrón, siendo así mucho más natural y económico, al no utilizar un blanqueamiento adicional. La última característica, y no por ello menos importante, implica la relación entre los costes de producción y el aprovechamiento de todo tipo de madera, ya que a diferencia del papel convencional, para crear papel Kraft pueden utilizarse materias primas tan diferentes como puede ser la madera de bambú o la de pino. Todos los productos químicos que se emplean pueden recuperarse y reutilizarse, con lo que es un producto autosostenible que implica menos costes de producción, y definitivamente, es la mejor opción para la impresión final de materiales para un negocio o empresa.
Utilizar papel Kraft en la impresión final no afecta tampoco en las diferentes técnicas que se utilizaban con otros materiales. La impresión con papel Kraft admite tanto la técnica digital, como offset, plotter y cualquier tipo de serigrafía. Al tener las mismas posibilidades de ejecución, el diseño personalizado no se ve afectado en ningún momento.